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Bienvenidos a la pagina de flora y fauna de guatemala es una de las dos formas de la naturaleza una de plantas y la otra de animales

FLORA Y FAUNA

“La importancia de las AP no solo radica en la protección de la biodiversidad; ostentan otras funciones que tienen valor agregado, entre las que se encuentran las reguladoras y las productivas”, apuntó Maritza García, directora del Centro Nacional de Áreas Protegidas (CNAP) en conferencia de prensa.
Regular el clima, proteger las cuencas hidrográficas y las costas, contribuir a la captación de agua, ejercer control biológico y constituir hábitat para criaderos y refugio de especies, entre otras, son las funciones reguladoras de las AP. Mientras que, dentro de las productivas, se encuentran la obtención de alimentos y nutrientes, de recursos genéticos, medicinales y ornamentales. Además de la adquisición de materias primas.
Un plan elaborado por el SNAP hasta el 2013, que tiene como objetivos fundamentales lograr la integración institucional y funcional del sistema, fortalecer la colaboración internacional, diseñar y promover nuevos mecanismos financieros y económicos y determinar las amenazas y vulnerabilidades para prevenir y mitigar desastres, redundaría en un mejor cuidado y manejo de las áreas protegidas.

FLORA Y FAUNA

lunes, 27 de septiembre de 2010

HABITAD DE FLORA Y FAUNA

Bosques, ríos, cañones, desiertos, tundra, praderas: Con tantos hábitats en los terrenos de BLM, puedes estar
seguro de que encontrarás todo tipo de fauna y de flora en los mismos. BLM tiene que proteger los hábitats de
los animales en los terrenos que cuida y al mismo tiempo permitir que otros los utilicen.
La pérdida del hábitat es la razón más importante por la que muchos animales se encuentran en peligro de
extinción. Y muchas de las cosas que hacemos nosotros pueden causar la pérdida del hábitat. Las casas y
carreteras nuevas así como los centros comerciales nuevos a menudo fuerzan a los animales a abandonar los
lugares donde viven. El construir una presa en un río para proporcionar energía o agua para las granjas y para
las ciudades es una amenaza para el hábitat de los peces y de toda la fauna y flora que depende de ese río. Las
operaciones de maderas y minas también pueden destruir los hábitats de la fauna y la flora. Y la propagación de
plantas invasoras puede poner en peligro el suministro de alimentos y el cobijo de los animales nativos.
Los turistas también presentan una amenaza para la fauna y la flora. A medida que aumenta la gente que visita
los terrenos públicos, existe un mayor riesgo de que se perturbe la fauna y la flora y de que se dañe su hábitat.
Especialmente la gente que usa vehículos de todo terreno tiene que tener mucho cuidado. Los vehículos de
todo terreno incluyen las motocicletas, las bicicletas de monte, los vehículos motorizados para la nieve, y otros
vehículos que pueden circular por carreteras que no están pavimentadas. La gente que usa estos vehículos de
todo terreno puede ir más lejos a lugares remotos, donde hay una mayor oportunidad de ver vida salvaje…y
una mayor oportunidad de perturbar a los animales. Es por eso que BLM ha designado senderos en algunas de
sus tierras para usarlos con vehículos de todo terreno. Al
usar esos senderos, hay menos posibilidad de que la gente que
utiliza vehículos de todo terreno perturbe a los animales y sus
hábitats.

FLORA Y FAUNA EN MEXICO

Los exploradores del pasado tardaban meses o años en llegar a las regiones más agrestes de nuestro planeta. Hoy en día los avances tecnológicos y el desarrollo de las vías de comunicación nos permiten viajar, en unas cuantas horas, de los desiertos más candentes hasta las selvas más exuberantes, o desde las zonas montañosas de nieves perpetuas y cerrados bosques templados, hasta los pantanos más intrincados y las cálidas costas bañadas por aguas cristalinas.
Sin embargo, lo que más sorprendería a los exploradores de antaño es que todos estos sitios podrían visitarse dentro de un mismo país: México.
Pocas personas se han detenido a reflexionar sobre esta privilegiada situación en que se encuentra nuestro país, ya que muy pocos saben que la fauna, la flora y los ecosistemas del planeta no están distribuidos de manera uniforme sobre la superficie terrestre, sino que hay ciertas regiones, como en México, cuyas especiales características han propiciado una mayor diversidad ecológica, y a lo largo de las costas, montañas, mesetas y cañadas, pueden encontrarse prácticamente todos los tipos de ecosistemas conocidos mundialmente.
Durante su historia geológica, el territorio mexicano ha sufrido una serie de cambios que dieron como resultado su accidentada topografía, lo que junto a su ubicación en el continente americano determinaron también una gran variedad climática.
Todos estos factores no sólo han influido enormemente en la distribución y riqueza de los ecosistemas aquí establecidos y, por consiguiente, en la variedad de plantas y animales que constituyen nuestra fauna y flora silvestre, sino que han determinado muchas de sus características.Por ejemplo, los científicos han dividido los continentes de nuestro planeta

RELIEVE Y CLIMA DE FLORA Y FAUNA

Ubicación
El Cañón de Santa Elena se ubica al noreste de Chihuahua, limitada al norte por el Río Bravo y al este por Coahuila. El 80% de la reserva se ubica en los municipios de Manuel Benavides y de Ojinaga.[2] [5] Abarca una franja de treinta km de ancho por cien km de largo, extendiéndose de este a oeste. Presenta una altura sobre el nivel del mar que va desde los setecientos m hasta los dos mil cuatrocientos m, en la parte más alta de sus cañones.[1]

 Relieve

El área presenta un basamento de calizas cretácicas, sobre el cual se desarrolló actividad volcánica en el Terciario medio. El vulcanismo provocó plegamientos entre las placas, ya que al fragmentarse en bloques se formaron las elevaciones y depresiones. En zonas se encuentran rocas metamórficas paleozoicas e intrusiones ígneas graníticas.[5]
La zona del Cañón de Santa Elena comprende las sierras de El Ranchito, Sierra Rica y El Mulato, entre las cuales se encuentran los valles del Álamo, Chapó, El Mulato y Rancho Blanco. Además, se destacan los lomeríos bajos de Manuel Benavides, Paso Lajitas y San Antonio. La zona posee dos cañones: La Gaviota, con 656 m, y Santa Elena, con 467 m. Gran parte de la zona es plana, con pendientes inferiores al 8% y lomeríos y formaciones cerriles.[6]

 Clima

 
El Río Grande, que separa Estados Unidos de México, atravesando el Cañón de Santa Elena.
El área posee un clima cálido extremadamente seco.[6] Las condiciones climáticas son muy extremas, con temperaturas de hasta 50 ºC en el verano.[4] Además, existe un contraste entre el ecosistema de desierto y el clima templado frío. El clima es árido, con escasas precipitaciones en verano.[7]

Población

Los principales pueblos del área son Manuel Benavides, que es la cabecera del municipio, Loma de Juárez, El Mulato, Barrio Montoya, Paso Lajitas, Nuevo Lajitas, Santa Elena, Altares, Paso de San Antonio, Álamos de San Antonio, Providencia, Tinajas de Hechiceros y Álamos de Márquez. Además, los pueblos de Ojinaga, La Mula, Mahijoma y La Morita se encuentran en la zona de influencia.[4] Se estima que en el área protegida viven 2578 habitantes.[2]
Dentro del área protegida existen 125 propiedades, que ocupan el 34,8% del área, 13 ejidos, que ocupan el 59,4%, y los Fundos Legales, centros de población y terrenos nacionales ocupan el 5,8% restante. Los suelos del área y de la zona de influencia son utilizados para la agricultura, la ganadería y la minería.[8]

DATOS HISTRICOS

Las puntas de flechas, los morteros y las pinturas rupestres encontrados en el lugar indican ocupación humana en los períodos Paleoindio (15 000 a 6500 a.C.), Arcaico (6500 a 900 a.C.), Prehistórico Tardío (900 a.C. a 1500 d.C.) y Complejo Cielo (1300 a 1680). Estas poblaciones se encontraban dispersas con desplazamientos estacionales, permitiendo el aprovechamiento de los recursos. Se dedicaban a la pesca, la recolección, la cacería y la agricultura. Entre los grupos que transitaron esta zona se destacan los conchos, los jumanos, los chisos y los apaches, como los chiricahuas, los mezcaleros y los lipanenes.[5]
Los españoles y los comanches llegaron en la misma época, y acabaron con los mezcaleros y lipanes. El gobierno colonial estableció al Río Bravo como línea de defensa, donde construyó pequeñas fortificaciones, las cuales eran vigiladas por una guarnición de soldados. Estas eran San Carlos, en Chihuahua, y Junta de los Ríos, San Vicente, Santa Rosa y San Juan Bautista, en Coahuila. Hasta 1890 la región permaneció prácticamente deshabitada, debido a los ataques de tribus apaches y comanches.[5]
A partir de 1784, el fuerte de San Carlos quedó abandonado y sólo fue utilizado por viajeros, los cuales se protegían del ataque de apaches y bandidos. El primer ayuntamiento del municipio de Ojinaga fue construido en 1824, y se le anexó, en 1831, como sección de San Carlos. Debido al auge de la mina, se formó el municipio de Manuel Benavides, que lleva el nombre del general que murió en 1913 en la lucha contra las tropas huertistas.[5]

 Geografía

 
Mapa del Desierto de Chihuahua, según una imagen satelital de la NASA, donde la frontera entre Estados Unidos y México se muestra en negro. El área se encuentra protegida por varias reservas en ambos países.
El área de protección se encuentra dentro del ecosistema conocido como desierto Chihuahuense, en el cual se destacan una serie de cadenas montañosas separadas por valles y planicies onduladas, de origen cálcico y volcánico. Tiene gran diversidad de tipos de vegetación debido a la gran diferencia altitudinal que existe, desde los setecientos hasta los dos mil cuatrocientos metros.[4]

viernes, 24 de septiembre de 2010

La flora y la fauna representan los componentes vivos o bióticos de la naturaleza, los cuales, unidos a los componentes no vivos o abióticos, como el suelo, el agua, el aire, etc., conforman el medio natural.
Entre la flora y la fauna existe una dependencia muy estrecha, basada en leyes naturales que rigen la estructura y funciones de las asociaciones de seres vivos.
Las relaciones de alimentación, o relaciones tróficas, determinan las llamadas cadenas alimentarias, en las cuales los animales herbívoros (los que se alimentan de plantas y otros organismos vegetales) constituyen el alimento básico de otros grrupos de animales que, a su vez, servirán de alimento a otros.
Esto trae como consecuencia que la disminución en número o la desaparición de uno de estos eslabones de la cadena, por causas naturales o por la influencia del hombre, ponga en peligro todo el sistema, al romperse el equilibrio que caracteriza las relaciones entre el medio biótico y abiótico de la naturaleza.
Por esta razón, el hombre debe estudiar las relaciones y las leyes que determinan este equilibrio, y convertirse en su máximo protector, ya que, en sentido general, todas las afectaciones que sufre el medio natural repercuten de uno u otro modo sobre él.
La flora y la fauna representan recursos naturales renovables, de gran importancia para el hombre. De la flora proviene una gran parte de los alimentos y medicamentos, así como la materia prima para la industria textil, maderera y otras.
A través del tiempo, el hombre, en su lucha por dominar la naturaleza, aprendió a usar las plantas y los animales para subsistir; de ellos obtenía alimentos, vestidos y fuego para calentarse. Pero, a medida que las comunidades fueron creciendo, fueron aumentando de igual modo las necesidades de alimentos, y, por consiguiente, la utilización de la flora y la fauna se incrementó hasta niveles muy por encima de las capacidades de regeneración de la naturaleza.
Por este motivo, desaparecieron grandes mamíferos, que fueron exterminados por el hombre. Tal es el caso de los mamuts y de otras especies de animales.
Actualmente, el desarrollo de la sociedad atenta de igual forma contra las especies de animales y vegetales, en aquellos países sometidos a la explotación desmedida de los recursos naturales.
El desarrollo de la agricultura hace que se incrementen las áreas de cultivo, en detrimento de las áreas naturales, lo cual hace que desaparezca también un gran número de especies de plantas. La fauna, que encuentra en estas áreas naturales su hábitat, es decir, el lugar donde vive y se desarrolla una especie animal o vegetal, se ve cada vez más amenazada al tener que buscar otras áreas donde satisfacer las necesidades vitales.
El desarrollo de la industria, que con sus desechos contamina el medio, afecta de igual forma el medio natural y, por consiguiente, a los sistemas vivientes que en él habitan.
Están concentrados en la región de los Apalaches y en la de las montañas Rocosas y California. Prácticamente han desaparecido de las grandes llanuras, desalojados por la agricultura y la ganadería. Allí sólo se encuentran ejemplares o grupos aislados. Las especies más importantes son las coniferas, que dan base a la gran industria del papel, de pasta para papel y a la maderera.
Los árboles más comunes son el abeto, haya, abedul, ciprés, cedro, alerce, palo rojo, pinos blanco y amarillo, roble, castaño, fresno, arce, olmo, álamo, tilo, etc. En la zona del Pacífico son característicos los árboles gigantes, de los que la secoya es el mayor exponente. En el S. la vegetación tiene semejanza con la tropical de los países vecinos: hay mangles, palmeras, juníperos, ciprés de pantano, árbol de plata, etc. La colonización y el cultivo de las llanuras desalojó también a las grandes manadas de búfalos o, mejor dicho, casi las exterminó.
En la región del N. están muy difundidas especies que se desarrollan ahora lozanamente en criaderos, como el visón, la marta y los zorros; abundan también en esta zona el alce, reno, uapití, oso, antílope, lince, lobo, etc.; son comunes el perro de la pradera, puerco espín, ardilla roja, ocelote, armadillo, coyote, mapache, gamo, coatí, mofeta, canguro, ardilla de tierra, arvícola, cabra montes, marmota y castor.
Aves: alca, águila pescadora, frailecillo, gaviotín del Caspio, eider americano, urraca de pico negro, lángara occidental, carpintero de Lewis, gallito de Frankiin, grajo de Seller, ibis escarlata, codorniz del desierto, oropéndola, tordo de la madera, tordo ermitaño, reyezuelo, cuclillo, halcón nocturno y otras.

HABITAD EN GUATEMALA DE FLORA Y FAUNA

Existe en Guatemala algo primordial, que es su flora y fauna. El territorio guatemalteco presenta una tierra muy fértil, por lo que su vegetación es muy rica y diversa. La planicie de El Petén, en el norte, ofrece una tupida selva tropical, en la que se dan especies como las palmas de corozo, caobos, ceibas, chicozapotes y mangles. En la región occidental predominan los bosques de pino, pinabete, abeto, ciprés y encino. Hay calabazas, raíces, tubérculos y flores (como la de izote) comestibles. Entre la diversidad de frutas figuran el mamey, mango, zapote, pitahaya, anona, caimito, nance, guanábana, pepino, níspero, tuna, granadilla, paterna, manzanarrosa, marañón, tamarindo, varios guineos (banano, morado, de oro, plátano y otros), etc. Entre la variedad de flores abundan los lirios, jazmines, azucenas, nardos, buganvillas, geranios, choreques, alelíes, adelfas, flores de pascua y orquídeas.
 La fauna está compuesta por jaguares, pumas, antas, corzos, pecaríes, saraguates, micos, tepezcuintes, tacuazines, lobos de pradera, coyotes,, lagartos, armadillos, iguanas y varias especies de serpientes (candil, coral, mazacuate, barba amarilla). En las aguas se pueden encontrar juilines, bagres, tepemechines, lisas, camarones, ostras, langostas, cangrejos y tortugas. Entre las aves figuran las garzas (blancas, rosadas, azules y grises), los pavos silvestres (chompipas), los loros, guacamayos, tucanes, faisanes, colibríes y el martín pescador. También habita en Guatemala, en las regiones altas, el quetzal, símbolo nacional, de larga cola verde y pecho carmesí. El motmot, es un pájaro propio de Guatemala, de unos 40 cm.